viernes, 29 de abril de 2016

Leopoldo




 Leopoldo



Murmuran pájaros en los jardines
del manicomio, perturbando la paz
allí conspirando de forma sagaz
los medios que justifiquen los fines.

Duermen panza arriba los puercoespines.
Saben que la vida es algo fugaz
para hacerle caso siempre al capataz,
que es mariscal, de las vidas ruines.

Y allí Leopoldo los observaba.
Dedos amarillos, ojos de Enero,
sacando rédito a su locura.

¿Y si el malditismo pasa factura?
Claro que la pasa amigo Panero.
No hay nada que hoy no cueste dinero.









                                                                               



3 comentarios:

  1. No es asunto baladi , hablar de Panero en cuartetos y tercetos con artes mayores.

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  2. Juan Luis:
    Sólo son tuyas -de verdad- la memoria y la muerte,
    la memoria que borra y desfigura
    y la sombra de la muerte que aguarda.
    Sólo fantasmales recuerdos y la nada
    se reparten tu herencia sin destino.
    Después de sucios tratos y mentiras,
    de gestos a destiempo y de palabras
    -irreales palabras ilusorias-,
    sólo un testamento de ceniza
    que el viento mueve, esparce y desordena.

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