Leopoldo
Murmuran
pájaros en los jardines
del
manicomio, perturbando la paz
allí
conspirando de forma sagaz
los
medios que justifiquen los fines.
Duermen
panza arriba los puercoespines.
Saben
que la vida es algo fugaz
para
hacerle caso siempre al capataz,
que es
mariscal, de las vidas ruines.
Y allí
Leopoldo los observaba.
Dedos
amarillos, ojos de Enero,
sacando
rédito a su locura.
¿Y si
el malditismo pasa factura?
Claro
que la pasa amigo Panero.
No hay
nada que hoy no cueste dinero.
No es asunto baladi , hablar de Panero en cuartetos y tercetos con artes mayores.
ResponderEliminarJuan Luis:
ResponderEliminarSólo son tuyas -de verdad- la memoria y la muerte,
la memoria que borra y desfigura
y la sombra de la muerte que aguarda.
Sólo fantasmales recuerdos y la nada
se reparten tu herencia sin destino.
Después de sucios tratos y mentiras,
de gestos a destiempo y de palabras
-irreales palabras ilusorias-,
sólo un testamento de ceniza
que el viento mueve, esparce y desordena.
Genial poema de Juan Luis, amigo Moisés.
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